"La redistribución de los recursos no tiene que depender del humor del gobernador"

Entrevista exclusiva a Pablo Corsalini Intendente de Pérez y convencional constituyente de la reforma en Santa Fe

PROVINCIAPOLÍTICA

El Brigadier News

8/6/20254 min read

Pablo, primero, ¿cómo evaluás la gestión en Pérez en estos años y qué modelo de ciudad proyectás a futuro?

Imagino la ciudad que venimos planificando entre todos hace ya ocho años: una comunidad pujante, activa, con sentido de pertenencia, con jóvenes que quieren y eligen quedarse. En estos años hicimos lo que no se había hecho en décadas: hoy Pérez tiene un 90% de pavimento, 85% de cloacas, 90% de red de agua y el 100% de energía eléctrica.
El gran objetivo es llegar al 100% de infraestructura básica y equilibrar todos los barrios, del centro a la periferia. Eso nos va a permitir dejar de discutir lo básico para empezar a hablar de ciudadanía, de derechos y obligaciones.
A futuro, el desafío es metropolitano: mejorar la conectividad vial con Rosario y la autopista a Córdoba, potenciar nuestras más de 170 pymes, aprovechar las 600 hectáreas de suelo productivo que tenemos, avanzar con el acueducto y construir un sistema de transporte más moderno e interconectado.

Te tomaste licencia como intendente para dedicarte a la Convención. ¿Por qué consideraste necesario ese paso? ¿Qué esperás que surja de este proceso?

Fue una decisión ética. No se puede estar en los dos lugares al mismo tiempo si uno quiere realmente transformar. Este es un proceso muy corto pero profundo, y hay que ponerle el cuerpo.
Creo que estamos frente a una de las oportunidades más importantes de nuestra generación política. Desde mi lugar, quiero aportar a fortalecer el municipalismo. Hay tres reformas claves:
Primero, que todas las comunas puedan transformarse en municipios según su cantidad de habitantes y decidir su forma de gobierno. Segundo, garantizar una redistribución justa y estable de los recursos, estableciendo un piso del 20% en la Constitución y evitando que los fondos dependan del humor del gobernador. Y tercero, avanzar en la regionalización: habilitar consorcios intermunicipales con rango constitucional para resolver problemáticas compartidas como la gestión de residuos o redes de infraestructura.

El año pasado dijiste que “ya no hay más jefes ni empleados” en el peronismo. ¿Cómo ves hoy la construcción del poder político?

Hoy el poder se construye de otra forma, no por verticalismo. Por eso al peronismo le cuesta tanto ordenarse. La nueva construcción es generacional y también de método. La dirigencia sub-50, sub-40 tiene que empezar a hacerse cargo.
Pasar de la queja al compromiso. De ser dirigidos a ser dirigentes. Y aceptar que el recambio también implica aprendizaje y errores. En estos meses vimos una chispa nueva, sobre todo en los más jóvenes. La reforma trajo esperanza, volvió a movilizar.
Impulsamos la no reelección indefinida porque creemos en ese recambio genuino. Y quienes estamos un paso adelante, tenemos la responsabilidad de abrir el camino.

¿Cómo es tu vínculo con el gobierno provincial? ¿Sentís que Pérez está siendo tenida en cuenta por la gestión de Pullaro?

Sinceramente, no. El vínculo es escaso y la gestión es mediocre, tanto en lo político como en lo operativo. Pérez no está en la agenda provincial, y eso se ve en el reparto de recursos.
Programas como la Ley de Obras Menores o el Plan Brigadier se distribuyen en función de afinidades políticas, no de necesidades. Nosotros trabajamos con lo que tenemos, pero es una pena.

La redistribución de recursos no puede depender del humor del gobernador. Debe ser un derecho de las comunidades, para garantizar servicios básicos y justicia territorial. Ni con Lifschitz ni con Macri vivimos este nivel de castigo político.

¿Cómo hacés para seguir presente en la ciudad mientras participás en la Convención?

No se puede representar sin volver al territorio. Afortunadamente, el equipo está consolidado. Me reemplaza el presidente del Concejo, que conoce el proyecto de ciudad.
Además, formamos un espacio junto a intendentes y presidentes comunales peronistas llamado “Vamos”, que nos permite tener incidencia provincial sin perder la raíz local.

Los fines de semana los paso en Pérez: recorriendo, reuniéndome, ajustando lo necesario. Estar en la calle es la única manera de no perder el foco.

¿Ya pensaste qué querés hacer después de la Convención?
¿Volvés a la intendencia o proyectás algo más provincial?

Mi idea es retomar la intendencia y cumplir el mandato que me dieron mis vecinos. Pero también estoy comprometido con la construcción provincial.
Quiero seguir fortaleciendo este espacio de intendentes, sumar volumen, contagiar a otros compañeros. Siento que hay un clima para construir algo distinto dentro del peronismo, un recambio con vocación real de gobernar.

Y creo que si el peronismo hubiese competido unido en la última elección, hoy estaría gobernando la provincia. Por eso hay que dejar de quejarse y construir, con convicciones, para ganar y transformar.

Desde adentro de la Convención, ¿Qué clima se vive? ¿Hay voluntad real de reforma o más cálculo electoral?

Es un clima muy diverso. Hay tensiones políticas, sí, pero también muchos constituyentes comprometidos con trabajar en serio. Y eso es lo que equilibra.
Hay artículos en los que no hay consenso, pero se están dando procesos de participación, audiencias públicas, y eso obliga a escuchar a otros actores y repensar posturas.

No se trata de discutir una coma. La legitimidad de la reforma la va a dar la ciudadanía, si logramos reflejar sus demandas.

Yo estoy acá para representar a 55 intendentes y presidentes comunales, pero sobre todo para que, después de 62 años, el municipalismo tenga por fin un lugar real en la Constitución.